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Es el estilo de alfarería emblemático de los períodos prehíspanicos de la costa norte del Perú. Dado a conocer a inicios del S.XX como Proto Chimú por el investigador alemán Max Uhle, fue la primera cultura definida arqueológicamente, gracias a los exhaustivos trabajos del investigador peruano Rafael Larco Hoyle. Desarrollada a partir de su núcleo en los valles de Moche y Chicama, se extendió por el norte hasta Piura y por el sur hasta el valle de Huarmey.
Aia Paec, deidad suprema Moche.
Botella con representación escultórica de pato antropomorfo portando porra y escudo.
La cerámica Moche exhibe una factura sobria y sobresaliente en todos sus aspectos, la que le otorga una gran personalidad. Ella incursiona con igual talento tanto en el modelado escultórico como en el arte figurativo de la pintura. En ese sentido destaca por el verismo de sus representaciones tridimensionales así como por las complejas, composiciones de sus escenas pictóricas que juntas han contribuido a componer una imagen más certera de esta compleja civilización. De esta manera la naturaleza Moche aparece representada en todo el vigor y diversidad de su flora y fauna. A su vez una multitud de personajes como guerreros, prisioneros, arrieros, pescadores, cazadores, chamanes, enfermos, entre muchos otros más, dan la pauta de la cotidianidad y complejidad de su quehacer social.
A este cosmos se suman personajes antropomorfos, fitomorfos y zoomorfos que interactúan animando uno de los imagínarios . ideológicos mejor representados de la civilización andina . En este mundo sobrenatural destaca la figura de Aia Paec , el dios supremo del panteón Moche, cuya imagen la de un personaje con boca felinica. El carácter figurativo de la iconografía Moche incluyendo las representaciones de sus dioses ha facultado a los expertos vislumbrar con gran detalle aspectos relevantes de la organización social, política y religiosa de esta civilización.
Ello explica como esta cultura se mantuvo impermeable a Cualquier tipo de influencia foránea por más de 600 años.
Ni manufacturas ni referencias estilísticas exóticas aparecen en el registro arqueológico o en los rasgos estilísticos de sus múltiples artesanías, lo que da la pauta del carácter monolítico de su ideología. Sólo en la etapa de su crisis terminal, a mediados del S. VIII d. C. incorporó tímidamente elementos de la iconografía religiosa Wari, luego de lo cual desapareció de la faz de la costa norte del Perú.
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